Su canción favorita estaba sonando en el móvil que había dejado en la mesita la noche anterior; «Every breath you take» de The Police.
Los primeros rayos del día entraban por la ventana que dejó abierta de par en par para refrescar la habitación y lo primero que pensó al incorporarse es que el partido de hoy iba a ser lo más.
¿Qué tenía el pádel? Había practicado muchos deportes desde que era pequeña pero ninguno le había atrapado como éste. Suponía que la facilidad con la que se aprende, el margen de mejora y lo social que era eran motivos más que suficientes para desear jugar 3 ó 4 veces por semana.
Desayunó ligero para poder jugar a tope, hizo la bolsa y cogió el coche. Después del partido tenía prácticas de Bioquímica en la Facultad y tendría el tiempo justo de acabar el partido y ducharse.
No vio el todoterreno que venía a toda velocidad en sentido contrario hasta que lo tuvo prácticamente encima. Reaccionó en el último instante y dando un brusco volantazo evitó un choque frontal que habría sido mortal.
Cayó por el arcén dando una vuelta de campana y una vez el coche estuvo parado pudo pensar: «Estoy viva, estoy viva de milagro…»
¿La habría visto alguien? ¿El conductor del todoterreno quizás?
Lo último que oyó fue la sirena de la ambulancia y la voz de una mujer: «Chiquilla ¿me oyes?»
Cayó en un profundo sueño.